Alfredo Barrera Vásquez aseveró que después del ingreso de la imprenta en 1813, procedente de La Habana, lo primero que se imprimió en Mérida fue el prospecto del periódico El Misceláneo, una publicación efímera que salió a la luz el primero de marzo de 1813.Como se sabe, correspondió a los Sanjuanistas el impulso de haber introducido la primera imprenta a Yucatán, y de esa acción deriva que el periodismo local naciera con la impronta de una escritura política que anhelaba la independencia del país.
De más larga vida fue El Aristarco Universal, periódico que habiendo aparecido en abril de 1813, un mes más tarde que El Misceláneo, llegó a publicar 37 números, tocando el final de este interesante rotativo el 17 de diciembre de 1813, fecha en la que salió a la circulación por última vez. Su principal redactor fue Lorenzo de Zavala, dedicado por entero a generalizar las ideas liberales de la Constitución de Cádiz, promulgada en 1812. En sus páginas, Zavala confrontó varias veces al gobernador español Manuel Artazo Torredemer, cuya gestión en Yucatán incluyó el juramento de la referida constitución de 1812, y desde luego las controversias entre Rutineros y Sanjuanistas, que por cierto muchas veces se escenificaron a través de la prensa recién nacida.
El último número de El Aristarco Universal se compone de un extenso artículo que Lorenzo de Zavala publicó bajo el título, Se despide el editor, donde expresa su pensamiento sobre los yucatecos de esa época que no depositaron en él su confianza para ser electo secretario del Ayuntamiento, concluyendo la insinuante nota con las siguientes frases: “La falta de tiempo, la escasez de conocimientos, tan difíciles de conseguir en esta provincia que no tiene establecimientos científicos, sino, a fuerza de lectura diurna, que mi edad de veinticinco años no me ha permitido, la penuria de obras de bello gusto desterradas de nuestro Hemisferio por la bárbara Inquisición, el abatimiento en que hemos sido mantenidos por la anterior opresión y otra multitud de causas bien obvias, deben hacer mis yerros disculpables a la vista de los sensatos. Mis objetos en los periódicos que he publicado han sido únicamente esparcir las pocas ideas que he podido y que no conocía mis conciudadanos: atacar los abusos que tenían directa trascendencia en el orden público, trasladar a nuestro idioma algunos documentos de libertad de las naciones civilizadas e inspirar odio eterno a la tiranía y a todo espíritu de dominación que no sea conforme a la Ley o al bien y utilidad de mi patria…”
Este periódico, glorioso por varias razones, y que no fue el primero que se imprimió en Yucatán sino el segundo, como aseguró Alfredo Barre Vásquez en 1937 y 1942, tiene un formato de 21 por 15 centímetros y el Píe de Imprenta reza: Oficina P y L de D.J. F. Bates. Uno y otro, El Misceláneo y El Aristarco Universal, llevan consigo la marca de origen asociada a la libertad, que muestra el trayecto de lo que hasta el día de hoy podemos llamar periodismo yucateco.