Parnaso

El “festín de Babette” de Isak Dinensen 

Isak Dinensen es en realidad el seudónimo de la escritora danesa Karen Christence Blixen-Finecke y que es más famosa por otro libro suyo que se convirtió en una película muy popular (en los años 90’s al menos):   Memorias de África.

Aunque en un principio yo jamás hice esa conexión (la de la película con la autora), conocí a Isak Dinesen con sus cuentos góticos en una etapa de mi vida en que no estaba tan preparada para ese tipo de literatura tan ajena a mí y con un aire de introspección tan melancólico y por cierto con un humor negro bastante peculiar.

Sin embargo, el recuerdo de los cuentos, de la literatura de Blixen, me acompañó por mucho tiempo (los sigo recordando) y en perspectiva por supuesto que me impresionaron, pero nunca busqué leer más.

Y como en muchas otras ocasiones, primero vi la película “El festín de Babette” y después me enteré de que era un libro, sólo que un par de décadas después.   La película se convirtió en una de mis favoritas de toda la vida y la he visto un par de veces más, sobre todo porque tengo el DVD, un objeto arcaico hoy día.

La película es bastante vieja de 1987, el libro aún más publicado en 1953 pero parece incluso más viejo, dado que la autora utiliza un estilo deliberadamente anacrónico: el gótico. 

La historia de la película (y también del libro) representó siempre para mí la apoteosis de lo que significa la alegría de vivir, de la solidaridad en una comunidad, del amor fraterno y de los vínculos que crea, de la bondad verdadera y siempre que pienso en ella sonrío y también recuerdo a mi abuela, porque todas esas cosas las aprendí por ella y porque eran intrínsecas a su persona, alguien para quien la bondad no sólo era natural, también necesaria para existir.

La novela que es muy breve y se lee con mucha facilidad nos cuenta la historia de una pequeña comunidad en Dinamarca, dónde vive un grupo de creyentes particularmente estoicos.  Los principios morales por los cuales se guía esta pequeña comunidad provienen de un carismático pastor que al momento de entrar Babette en nuestra historia, tiene años de haber fallecido, pero sus fieles discípulos, así como sus dos hijas siguen viviendo de acuerdo a sus reglas morales y valores.

Las dos hijas de este pastor serán quienes reciban en su casa a Babette, una parisina que necesita un refugio dado que viene huyendo de Francia en el momento de la revolución, de la que formó parte activamente y en la que perdió a su familia y amigos.

Así Babette llega sin nada, en calidad de refugiada al hogar de estas ya ancianas devotas y se convertirá en parte de la comunidad hasta que gane un premio de la lotería, lo que en un principio supondrá (por parte de nuestras devotas hospitalarias) que Babette se irá para volver a su natal Francia.

Leer la novela es una delicia, no sólo por las imágenes que nos presenta, también por ese estilo tan clásico de poner historias en las historias y en un relato tan corto, prueba de una maestría literaria.

Así en 120 páginas conocemos la vida de ambas hermanas, el ideal de su padre, el pastor al que la comunidad aun venera, la vida y el corazón de Babette y una sutil crítica y asombro ante lo que significa la resiliencia y el verdadero amor al prójimo.

Cuando lo terminé pensé que había sido muy corto y que yo quería seguir leyendo sobre la historia, pero era un final tan contundente que habría sido un despropósito, sin embargo, si me dieron ganas de volver a leer los cuentos góticos y más obras de la autora.

Lo recomiendo para todo tipo de lectores, siempre que tengan la mente abierta y no tengan prejuicios sobre los estilos de escritura o narración que he encontrado recientemente en algunos lectores por los clásicos.

Aunque como siempre les digo, lean y juzguen por ustedes mismos.

“La gracia, hermanos, no impone condiciones y no distingue a ninguno de nosotros en particular; la gracia nos acoge a todos en su pecho y proclama la amnistía general. ¡Mirad! Aquello que hemos elegido se nos da; y aquello que hemos rechazado es derramado sobre nosotros en abundancia. ¡Pues se han abrazado la misericordia y la verdad, y la rectitud y la dicha se han besado mutuamente!”

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