Ámsterdam es una de las ciudades que goza de más libertades en el orbe, sobre todo en temas relacionados con la prostitución, las diversidad sexual y consumo recreativo de la mariguana. En el centro de esta sagaz urbe holandesa, destaca el mundialmente conocido Red Light District o Barrio Rojo. Esta zona que cuenta con una arquitectura inigualable y una singular actitud liberal, destaca por su tolerancia y seguridad, ya que a pesar de que la gente tiene libertades irrestrictas en asuntos que en otras ciudades se pueden relacionar con la delincuencia, Ámsterdam y en particular el Barrio Rojo, son lugares seguros por excelencia.
Cuando te sumerges en la esta zona, es inevitable hacerte un sinfín de preguntas, sobre todo si provienes de un país donde las drogas y la prostitución se asumen a través de conceptos completamente diferentes y hasta contrarios a cómo son vistos en Ámsterdam. En ese sugerente entorno urbano, existe un sitio que se puede dejar de visitar, para contrastar culturalmente las formas en que mujeres, homosexuales y transexuales practican la prostitución en esa ciudad. Este lugar es el Museo de la Prostitución, Red Light Secrets
Se sabe que abrió sus puertas en 2015, y es el único de este tipo en el mundo. Uno de los propósitos que mueve a quienes iniciaron este proyecto, es ofrecer una visión completa del mercado sexual, sin romanticismos añadido, según explica Ilonka Stakelborough, creadora de la Fundación Geisha, que vela por los derechos del sector.
En el Red Light Disctric, puedes encontrar en vitrinas, como la de cualquier tienda o en un centro comercial, mujeres o transexuales, portando insinuante ropa diminuta, haciendo sus mejores poses, para que cualquier interesado pueda tomar sus servicios. Detrás de la puerta de la vitrina, se encuentra una especie de habitación donde atenderán a sus clientes, es decir, no tienen que salir de su escaparate, el cliente es el que entra.
En el museo tendrás la oportunidad de situarte en el lugar de la prostituta dentro del escaparate, ver las habitaciones, con su versión barata o de lujo, instrumentos sadomasoquistas y conocer la moda de las meretrices desde los años veinte hasta la actualidad.
Puedes estar en el interior de las estrechas casas de los escaparates del Red Light Distric, donde se recrea una habitación de un club. Las prostitutas que trabajan en el Barrio Rojo tienen entre 21 y 55 años, muchas jóvenes que no alcanzan a pagarse los estudios universitarios o madres solteras, y en el 70 % de los casos, con una pareja estable, según fuentes del propio Museo.
Trabajan una media de 5 años y muchas no se retiran porque se acostumbran a un estilo de vida. La entrada tiene un costo de 10 euros y sólo se permite el acceso a mayores de 18 años, si estás interesado en saber más de este lugar puedes visitar el sitio web oficial www.redlightsecrets.com.