Parnaso
Del videojuego “Assassin´s Creed” a la vida real. No solo es cuestión del “bien” y “mal”
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La popular saga de videojuegos llamada “Assassin’s Creed” comenzó en el año 2007 siendo una mezcla muy interesante entre historia y la ciencia ficción. En sus primeras entregas la trama era básicamente la lucha entre dos facciones: por un lado, estaban los “asesinos”, un grupo de luchadores sociales que promovían la libertad, el libre albedrio y el triunfo de la voluntad. El otro bando estaba constituido por los “Templarios”, una facción de personajes herederos de la orden del Temple cuyos miembros eran principalmente personajes importantes de la milicia, la religión y políticos. Los templarios le apostaban al control, al dominio y sumisión de las voluntades colectivas.
Como podemos ver, la lucha entre asesinos y templarios era la clásica modalidad de “buenos” contra “malos” bajo una narrativa muy sencilla de quienes eran los héroes y quienes los villanos. Con el paso de los años la saga fue evolucionando y complejizando la lucha entre las facciones, abriéndose a un abanico de matices grises tanto de la trama como de los protagonistas y de los villanos, es decir que la narrativa de “buenos” y “malos” se va diluyendo entre una más dirigida a la cuestión de la lucha por el poder, pero visto bajo la perspectiva de los intereses particulares de cada facción. En las siguientes entregas podemos ver como los asesinos, actores principales, tienen grandes conflictos personales con respecto a sus ideales, se cuestionan sobre si su lucha es verdaderamente legitima y necesaria y sobre si esa misma lucha sirve de algo. Por otro lado, del bando de los templarios, tenemos a hombres y mujeres que justifican sus acciones en pro de la ciencia, de la industria, de la economía, así como del bienestar social, de acuerdo a la percepción que ellos tenían del progreso.
La lucha mencionada comenzó desde tiempos tan antiguos como los del propio Egipto faraónico y ha trascendido hasta nuestros días, a la época contemporánea. Se nos presenta un panorama en el cual los grandes acontecimientos mundiales que marcaron hitos históricos, fueron derivados de los conflictos entre estos dos bandos: la conspiración de los Pazzi durante el Renacimiento italiano, Los Guerras de los Borgia, la Conspiración Otomana, la lucha entre piratas y filibusteros en la Edad de Oro de la piratería, La Guerra del Té, la Revolución francesa y la rusa, la revolución industrial, etc. Cabe señalar que en cada entrega se introducen a personajes históricos reales como lo fueron Ricardo Corazón de León, Eduardo I, Benjamín Franklin, George Washington, Maximiliano de Robespierre, Julio César y Cleopatra, Sócrates, Woodes Rogers, Barba Negra, La Reina Victoria, Leonardo DaVinci, la familia Borgia, entre otros muchos tantos más.

Cada saga de este videojuego ha sido desarrollada en conjunto con el departamento de investigación histórica de la empresa, en el cual colaboran historiadores e investigadores sociales de diversas universidades de todo el mundo, con la finalidad de reducir los disminuir los sesgos, incongruencias o errores históricos, por lo cual, se puede considerar al manejo de su información bastante confiable y como un referente para contextualizar los procesos históricos.
Ahora bien, algo que este videojuego presenta de una forma muy interesante es la reflexión sobre las luchas ideológicas y políticas entre los grupos que aspiran a tener el poder, ya sea para entregarlo a la sociedad civil o para controlar a esta misma. Y es que, como en la vida real, las luchas políticas y sociales no son tan simples como un conflicto entre “buenos” y “malos”, son muchísimo más complejas, de hecho, ni siquiera puede denominarse de una manera tan simplista bajo el esquema de una dicotomía tan básica, ya que dentro de la realidad social existen intereses y sobre esos intereses existe todo un sistema que regula, de manera tácita, los alcances de cada bando.
Dentro del propio videojuego ese sistema se ve representado por un grupo de seres “superiores” conocidos como “los precursores” o “la primera civilización”. Se trata de una raza de seres avanzados, los Isu, que precedieron a toda civilización antes conocida, de hecho, ellos crearon a los humanos como tal, y con el paso del tiempo que, debido a un cataclismo solar, aunado a la rebelión humana contra ellos. Los Isu heredaron a los primeros hombres y mujeress “el conocimiento” así como artefactos de su civilización que sirvieron para controlar a la primera humanidad. Los artefactos eran objetos cotidianos como anillos, orbes, espadas, sudarios, discos, cetros, etc. Cada uno con habilidades diferentes, pero todos diseñados para mantener un control físico y particularmente mental, sobre los humanos.
Dentro de la mitología y el lore de estos videojuegos, los artefactos se relacionan con mecanismos de control social: alterar realidades, crear ilusiones o simplemente privar de la capacidad de razonamiento a aquellos sometidos al control de los mismo. Bajo esto, es que la humanidad se logró mantener bajo control y subordinada por siglos.
En la vida real, el sistema ha generado mecanismos e instrumentos mediante los cuales las sociedades se mantiene controladas o dispuesta a reaccionar de acuerdo a como cada bando desea que lo haga: redes sociales, medios de comunicación, ciencia y tecnología, el cine y el arte, discursos políticos, todo es parte de un engranaje que proyecta sus fuerzas hacia el control del pensamiento y de las ideas de la sociedad.
Assassin’s creed ha sido una saga de que lleva 19 años entregando juegos con una reflexión y una crítica significativa sobre la lucha de poderes y por el poder entre facciones sociales. Los asesinos que pueden entenderse como aquellos grupos disidentes, anarquistas y liberales, que apuestan por sociedades libres, con voluntades autónomas. Se pueden identificar en este grupo a los luchadores sociales, activistas, en cierta medida a la izquierda social. Los templarios buscan el “orden” bajo la regulación de derechos, del trabajo, de la economía, la política. Incluso en el videojuego mismo, los templarios son por lo general líderes religiosos, políticos, empresarios o grandes figuras respetadas por la sociedad, haciendo un guiño muy interesante a los grupos reaccionarios y a la derecha en general.
Es importante señalar que, si bien, cada bando represente un grupo de interés estos no están exentos de los matices antes señalados, pues incluso dentro de la izquierda y la derecha existen rangos, los matices de los que se hablaba anteriormente, no son homogéneos ni mucho menos monolíticos. Es quizá la izquierda la que es más diversa y plural a comparación con la derecha que si suele ser más unificada en cuanto a lo que no aceptan ni toleran, o sea, lo que rechazan.
En la vida real, hoy estamos ante un panorama muy agresivo, uno en el cual las fuerzas reaccionarias de la derecha se han unido para expandir el control sobre Centro y Sudamérica, como alguna vez lo hicieron a finales de la década de 1970, la famosa “Operación Cóndor”. En esta ocasión ya no se utilizaron armas, fue únicamente la información que se instrumentalizó para generar descontento social, rechazo hacia gobiernos a los cuales se les tachó de autoritarios, revirtiendo el discurso de “quién es el malo”.
Si bien Assassin’s Creed, no es un manual de movimientos sociales, si es un juego que ha adaptado y que refleja con gran precisión las luchas civiles e ideológicas por la libertad y el poder, en el cual convergen diferentes fuerzas que se posicionan sobre un sistema que sobre pasa a la individualidad e incluso al colectivo mismo. Por otro lado, la idea de la lucha constante y permanente entre asesinos y templarios nos habla precisamente de la búsqueda de un equilibro basado en esa lucha precisamente, ya que únicamente de esa manera se asegura la “estabilidad” del sistema. Se trata de un proceso cíclico, un periodo será marcado por la influencia de una facción hasta que la otra se empodere gracias a las fluctuaciones de la sociedad civil, según conveniencia o necesidad del otro grupo que busca posicionarse. Al final, el justo equilibrio únicamente se consigue a través de ese conflicto permanente entre los bandos pues al final del día, únicamente en las sombras puedes ver la luz.