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Palabra y Pensamiento

“Madres que no saben amar” de Karyl Mcbride

Los libros de superación personal nunca han sido lo mío y debo reconocer que sentía cierto menosprecio gratuito por todos ellos, sí, es un prejuicio, porque no necesitaba leerlos para sentir mucho desdén, pero es que no creía que ninguna ayuda relevante y a largo plazo pudiera venir de un libro.

Y claro hay matices, como vivimos en sociedades capitalistas, también son un producto y como tal hay calidades, habrá los que clara y evidentemente se hacen para lucrar y cuya única intención es ayudar a las personas a comprar más libros y otros productos de estos autores y otros que genuinamente señalan problemáticas que ciertos grupos de personas necesitan conocer o reconocer.

Estos últimos son los que reconozco algunas personas se ven beneficiadas en leer.  Aclaro que sigo creyendo que no se puede obtener la solución mágica a nada solo por terminar un libro, pero acepto que sí que pueden ser el inicio de un despertar de conciencia y que pueden plantear preguntas que se han negado sistemáticamente por algunas personas.

Este libro de Karyl Mcbride podría catalogarse como de superación y si se busca en librerías lo encontrará en esa sección; pero después de terminarlo yo no lo catalogaría así, más bien lo clasificaría como un manual de divulgación o dentro del género de difusión de problemáticas o algo por el estilo.

Muestra una problemática y ofrece un panorama con testimonios de personas que la han sufrido, pero no ofrece una salida fácil, en todo momento se recomienda buscar ayuda profesional y se advierte que el curar el trauma es un proceso y nada fácil para nadie.  Más bien explica cómo se da este proceso y que esperar si lo logras. 

Y además expone muy bien como es crecer con una madre narcisista, lo difícil y complicado que es y sigue siendo romper el ciclo que parecen perpetuar estas relaciones insanas, y también como te guzga la sociedad cuando lo expones públicamente, y lo sé porque yo crecí con una madre así.

Este tipo de libros me parecen una excelente plataforma para abordar temas que son públicamente tabú, como: hablar de las malas madres sobre todo siendo hija.

México es un país patriarcal dónde las madres son una figura bien definida en el imaginario colectivo, son: dechado de virtudes, abnegación, lucha, amor y prácticamente lo que representa todo lo bueno; cualquiera que ose manchar el nombre de “santa madre” pagará las consecuencias y cualquiera que niegue tanta bondad que sólo una madre puede dar perecerá en el escarnio público.

Lo sé, me ha pasado, cuando una no alaba, ni dice pública y ruidosamente lo buena que es su madre, primero empiezan las sospechas, el silencio (si uno opta por esa estrategia) es sospechoso y después vienen los inquisidores, por lo regular mujeres, pero también hombres, que cuestionan ya directamente qué tiene uno que decir acerca de su madre y entonces como no me gusta mentir tengo que decir que mi madre no es una buena persona y que no fue buena madre (y eso usando muchos eufemismos) y entonces sigue la condenatoria: nooo, la madre siempre es buena, no importa lo que te hizo hay que perdonar, etc., etc.

Y como no me gusta discutir inútilmente sí, a veces miento y a veces simplemente escucho y me retiro, pero este tipo de escenas se me han repetido a lo largo de mi vida y sé que seguirán así.

No todas las madres son buenas, y no deberíamos tener que ocultarlo, y sí deberíamos hablar de ello abierta y conscientemente.  Las malas crianzas tienen consecuencias y no sólo para uno mismo, es decir el que la sufre, también para los demás. 

Si uno visita las redes sociales puede ver inmensa cantidad de contenido que tiene que ver con “relaciones tóxicas” de gente que se grita, se cela, se pelea en la calle incluso y toda clase de conductas que son obviamente insanas, y como hijos de esta era siempre parece que lo importante es juzgar y ponerse del lado de alguien, pero ¿se han preguntado que todas estas personas probablemente tuvieron una mala crianza?  Y no hablo solo de violencias o maltratos físicos, hablo de padres y madres narcisistas o irresponsables emocionales y de las que la sociedad consumista capitaliza su contenido, al menos el que nos llega.

Por su puesto que no eximo a cada quien, de su responsabilidad, que adultos seremos todos en algún punto o deberíamos serlo.  Hace mucho que dejé de ser una víctima y no creo que ser hija de una madre narcisista hoy día sea la que me defina, y no creo que sea lo que defina a nadie, pero sí que hablar de estas cosas importa, porque lo que no se habla no desaparece, sólo permanece oculto hasta el momento en que explota y nos embarra a todos.

Creo que estos libros y muchos otros de su género, deberíamos leerlos, no porque queramos ser mejores personas porque seamos aludidos en ellos, creo que leerlos puede crearnos conciencia de muchas cosas que pensamos por defecto saber y no es así.

Para mí la lectura es siempre la plataforma del criterio propio, por eso siempre les digo lean y juzguen por ustedes mismos, y sí, les recomiendo este libro y sí, creo que es para todo tipo de lectores, pero especialmente para mujeres.

“Es un sentimiento humano natural ansiar tener una madre que ame todo lo nuestro de forma total y absoluta. Es normal querer apoyar la cabeza en el pecho de nuestra madre y sentir la seguridad y calidez de su amor y comprensión. Imaginar que ella dice: «Estoy aquí para lo que quieras, cariño», cuando acudes a ella. Todos necesitamos algo más que un techo sobre nuestras cabezas, alimentos para comer y ropa con que vestirnos: necesitamos el amor incondicional de unos padres amorosos en quienes confiemos.”

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