Hoy 28 de junio del año 2024 se cumplen exactamente 55 años de lo que fueron los levantamientos de Stonewall, en el vecindario de Greenwich, en Nueva York y los cuales marcaron un antes y un después en la historia de la lucha por los Derechas de la comunidad LGBTQIA+.
La noche del 28 de junio del año 1969, se llevaron a cabo una serie de redadas en aquellos bares y zonas en los cuales había bares y establecimientos que servían de espacio o puntos de reunión para homosexuales, lesbianas, travestis y drags queens de la época. Es importante recordar, y señalar que, para aquellos años, en Nueva York y otras ciudades de Estados Unidos, era ilegal “ser homosexual” lo cual implicaba que las muestras de afecto como que dos personas del mismo sexo se tomaran de la mano o se besaran en la calle o en público, era causal para ser arrestados y llevados a la cárcel.
Imagen de la entrada al bar “Stonewall Inn”, sitio que fue testigo de los acontecimientos de 1969 que sirvieron de detonante para la radicalización de la lucha por los Derechos de la Comunidad LGBTQIA+
Esa noche, de junio, la policía entro de manera violenta e intempestiva al bar “Stonewall Inn” y comenzó a golpear y arrestar a los clientes del bar, generándose una serie de actos violentos, los cuales fueron respondidos por algunos personajes como lo fue Stormé DeLarverie, una lesbiana a quien se le atribuye haber lanzado la primera piedra durante el encuentro con la policía y quien incitó a la comunidad, ahí concentrada, a repeler el ataque de la “autoridad”, marcando con esto un hito histórico en lo que refiere la historia del activismo y de la lucha de la comunidad.
Durante muchos años, la figura de Stormé DeLarverie fue totalmente invisibilizada y relegada de la historia de los acontecimientos de Stonewall. Muchos atribuyen lo anterior a su condición de haber sido una mujer lesbiana “machorra” (o más bien una Drag King), revoltosa que incomodaba a los propios grupos de homosexuales conservadores que buscaban evitar cualquier tipo de conflicto con el sistema. Aunado a lo anterior, también hay un dejo de racismo sobre la figura de Stormé, pues ella era mestiza, hija de una mujer afroamericana y de padre blanco. Hoy día se busca reivindicar la participación de DeLarverie dentro del acontecimiento del 28 de junio y como impulsora de la lucha de las mujeres lesbianas dentro de la propia comunidad.
Stormé DeLarverie. La lesbiana drag King, que “lanzo la primera piedra” de los disturbios de Stonewall el 28 de junio de 1969.
Otros personajes muy señalados y presentes en los eventos de Stonewall son Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera. Marsha era ampliamente conocida por ser una drag queen afroamericana que hacía presentaciones artísticas en el “Stonewall Inn”, así como en otros bares de la zona. Sylvia, por su parte, era una mujer transexual latina (hija de un padre puertorriqueño y una madre venezolana) que ejercía la prostitución de igual manera en la zona de Greenwich. Tanto Johnson como Rivera eran activista por los derechos de la comunidad LGBTQ, así como por los derechos de las trabajadoras sexuales y en general de las mujeres transexuales, llegando a ser fundadoras de STAR (Street Travesties Action Revolutionaries) una asociación enfocada en brindar apoyo y ayuda a las mujeres transexuales en condición de vulnerabilidad o situación de calle ya que, para esos años, pocas personas brindaban atención a este grupo dentro de la comunidad, ni siquiera los propios homosexuales. Es importante señalar que, durante los años posteriores al acontecimiento del 28 de junio, Johnson abrió brecha por una lucha más: los Derechos de las personas que vivían con VIH.
Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera, primeras activistas abiertamente por los derechos de las mujeres transexuales, las sexoservidoras y las personas con VIH.
Han pasado exactamente 55 años desde el primer evento en Stonewall, periodo en el cual la lucha por los Derechos de la Comunidad LGBTQIA+ ha cambiado drástica y significativamente, hoy día tenemos más aliado, hoy día se cuenta con más variedad dentro del espectro de la diversidad y de las identidades, pero de igual manera tenemos más retos que superar, pues las necesidades y realidades contemporáneas forman parte de nuevos paradigmas que están muy lejanos a aquellos días de 1969. Sin embargo, y tristemente, aún hoy se siguen luchando contra estigmas y prejuicios que rodean la vida cotidiana de las personas de la comunidad y más lamentable aún es que muchos de esos prejuicios están presentes dentro de gente de la misma comunidad.
Aún queda mucho trabajo por hacer desde diferentes trincheras: en lo legal, la salud, la cultura, la educación, las artes, etc. Si bien hoy día ya se habla de presencia, visibilidad y cuotas de diversidad en muchas de estas áreas, también es importante señalar que muchas veces esos espacios son usurpados a conveniencia del sistema, y prueba de ello tenemos el ejemplo de las diputaciones que fueron ocupadas por personas que ni pertenecen a la comunidad ni son genuinamente aliadas y ahí es donde debemos seguir trabajando para exigir que ese tipo de actos espurios se vuelvan a cometer.
Conmemoremos hoy, 28 de junio, lo que fue el inicio de la Revolución en materia de la lucha por los Derechos de la Comunidad LGBTQIA+ de la búsqueda por la dignificación de las personas que viven con VIH así como de las trabajadoras sexuales y de una lucha inclusiva y racializada, porque fueron precisamente personajes como una lesbiana mestiza revoltosa, una drag queen afroamericana con VIH y una prostituta transexual latina las que llevaron la demanda por los derechos a otro nivel, uno que estaba fuera del alcance de aquellos homosexuales y lesbianas heteronormados blancos, privilegiados y conservadores que realmente no entendía de la necesidad de una lucha integral y sobre todo incluyente para todos los sectores de la diversidad.
Imagen de la participación en la primera marcha del orgullo gay, en 1970, un año después de los acontecimientos del bar “Stonewall Inn”.
Nunca olvidemos que: “EL PRIMER DIA DEL ORGULLO, FUE UNA REVUELTA”
