Al Este de La Habana, en la otrora Villa de Guanabacoa, actual municipio de igual nombre, en una de sus principales arterias, la calle Aranguren (antiguo Palo Blanco), sobre una terraza se levanta una edificación conformada por dos viviendas la No 158 y la 158 ½. La que se destaca en su entorno por sus dimensiones, ya que ocupa una cuadra completa desde la calle Luz hasta la calle Coco, y por sus características formales y espaciales, clasifica dentro del prototipo de la vivienda de la época colonial, específicamente de una casa-quinta.
Su nacimiento está relacionado con los baños medicinales que abundaban en aquel entonces, muchos de los cuales se encontraban muy cerca de esta edificación. Así lo corrobora su proximidad a seis de ellos.Época en la que se erigieron en Guanabacoa casas de veraneo para el esparcimiento de las familias más pudientes de La Habana.
Al encontrarse sobre una terraza, su altura le ofrece privacidad a la morada, protección de posibles inundaciones y percepción de agradables visuales. Hoy es una zona desde donde se combinan las edificaciones con abundantes patios plantados de árboles, por lo que el verde ejerce una presencia importante en el paisaje frontal de la quinta. A partir de esta realidad no es difícil imaginar las vistas que tenía en aquella época cuando era un área con escasos inmuebles, salpicada por los baños medicinales. La ubicación respecto al norte, le permite a la Quinta en cuestión, disfrutar de las brisas predominantes del noreste y de la sombra de la tarde, todo lo cual garantizaba una estancia placentera.
La casa fue comprada por el abuelo materno del Dr. Eduardo Urzaiz Rodríguez, José Rodríguez Herrera (procurador general de Guanabacoa) a su primer propietario José Antonio Nattes y Pérez, el 19 de marzo de 1864, según Escritura del Registro de la Propiedad; conocida como Quinta Nattes hasta finales del siglo XIX.
Posteriormente se le añade la No 158 ½ (58½ antiguo) la que aparece en el empadronamiento de habitantes del año 1882-83 habitada por la familia Urzaiz, en la que residió el poeta, comediógrafo y dramaturgo Fernando Urzaiz Arritola, esposo de Gertrudis Rodríguez hija del propietario. En esta morada desarrolló su obra poética y literaria la que apareció en publicaciones de la época, como La Aurora, La Razón y La Unión. Además, desempeñó cargos en el Liceo de la villa y fundó el Club Revolucionario Yucatán y Cuba, en Mérida, perteneciente al Partido Revolucionario Cubano, fundado por José Martí, en 1892. Este Club sostuvo un semanario de combate titulado La Estrella Solitaria, colaborando estrechamente en la lucha independentista de la isla.
En el teatro habanero, Irijoa (hoy Teatro Martí) se representaron su drama en verso, Venganza contra Venganza, y la comedia en verso Nubes en cielo azul. Fue secretario de la sociedad El Progreso de Jesús del Monte en la que su esposa, Gertrudis Rodríguez dirigió la escuela de señoritas y publicó estudios didácticos elementales y poemas infantiles.
En esta casa nacieron sus cinco hijos, siendo uno de ellos Eduardo Urzaiz Rodríguez quien fuera médico, profesor, escritor, fundador y primer rector de la Universidad Nacional del Sureste en Yucatán. Su novela Eugenia es considerada como la primera novela de ciencia ficción mexicana. Fue jefe de la Junta Superior de Sanidad de ese estado, a su vez fue nombrado Profesor Extraordinario de la Universidad Autónoma de México. (UNAM) y uno de los redactores de la Enciclopedia Yucatanense. Siendo muy joven pintó al óleo un retrato del general del ejército libertador Antonio Maceo que fue rifado tres veces para levantar fondos para el partido revolucionario cubano, durante la gesta independentista cubana.
La casa natal de Urzaiz fue construida en la época colonial, en medio de una sociedad esclavista donde había una marcada diferencia social. Es el reflejo del comportamiento social de la clase opulenta y de sus necesidades vitales que demandaban espacios construidos para darles respuesta. Su valor social, está íntimamente relacionado con la función sociocultural para la cual fue concebida en su momento: la de casa-quinta, la que, mediante las amplias dimensiones del portal, de la sala y la saleta, espacios de uso social y del jardín, se corresponde con su uso original, donde el reposo, el esparcimiento y la contemplación, eran actividades que formaban parte de la forma de vida de las clases más acaudaladas como expresión de su poder económico.
La casa ha albergado diferentes usos: vivienda familiar, sede de la Logia Hijos de la Luz, viviendas arrendadas, taller escuela de la fábrica de zapatos y actualmente es una casa de vecindad.
Ha sido objeto de intervenciones constructivas erróneas. Muestra el deterioro propio del envejecimiento, la influencia del medio ambiente y por la carencia de trabajos de conservación, de mantenimiento y de reparación. A pesar de esta situación conserva valores arquitectónicos, estéticos y artísticos y es la única sobreviviente de sus contemporáneas construidas en la localidad.
Estos aspectos en su conjunto fundamentan la necesidad de encaminar esfuerzos para sensibilizar tanto a la administración pública, como a la comunidad para su salvaguarda, por lo que puede significar para esta antigua villa, como ejemplo de la arquitectura del siglo XIX, específicamente de una tipología muy particular en Guanabacoa: la Casa-Quinta.
Izquierda: Fotografía del Dr. Eduardo Urzaiz Rodríguez.
Derecha: fotografía de infancia de Eduardo Urzaiz en su natal Guanabacoa, Cuba.
Fotografías de la colección personal del Dr. Carlos Bojórquez Urzaiz.
*El autor un distinguido arquitecto cubano que se desempeña profesionalmente en el Plan Maestro. Oficina del Historiador de La Ciudad de La Habana. Cuba. vilagascnjulioalbert@ yahoo.es