La verdad es que no sé porque escogí leer “Sin familia” de Héctor Malot, ha de ser algún instinto masoquista y/o autodestructivo, pero desde que supe que “Remí” la serie animada que me traumó en la infancia estaba basada en un libro, siempre tuve la espina de buscarlo y leerlo; que puedo decir, es la fábula por excelencia, al niño le pasa de todo, no una, dos, ni tres veces, muchas, múltiples, y al final, no sólo mantiene su dignidad, si no que termina bien (un poco demasiado romántico, pero es una fábula).
Después de leer el libro, entendí que los japoneses sí que saben hacer dramas, hay partes que omitieron con maestría y partes que agregaron con mucha elocuencia, ambas versiones son excelentes, ambas reflejan todo el optimismo del siglo XIX y un tradicional sentido de la justicia.
He oído críticas acerca de que la versión del anime desvirtúa el sentido del mensaje de Remí y en una parte coincido, sobre todo al final, que difieren por completo y en lo que respecta al personaje de Vitalis, hay mucho que el anime no transmite, como el sentimiento de culpa que siente cuando no lo deja quedarse con la señora Milligan y la vergüenza que siente al haber caído de una buena posición social.
En Vitalis tenemos la pobreza romantizada al 100%, y es que podrías decir que Vitalis no muere de pobreza, si no de orgullo. Uno podría creer con esta descripción que está lleno de clichés, bueno, tal vez un poco, pero es sorprendentemente lúcido, critico, pero sin llegar a ser cínico, y es que no todas las personas con las que Remí se topa son buenas, ni todas malas, ya sean estas pobres o ricas; el mensaje al final es: adelante, siempre adelante, libros de superación personal: 0, Remí: 50,000, o qué sé yo, uno pierde la cuenta con tanta desgracia, que si no es novela, uno lo mandaría de inmediato a Catemaco por una limpia, tanta mala suerte no debería caber en una sola persona.
Un plus, tiene uno de los mejores testimonios de amor hacia los animales que he visto y da un muy buen retrato de la ruralidad francesa de la época, sin duda, lectura recomendable, pero muy lacrimógena, Malot, no tiene una prosa elocuente en imágenes o figuras narrativas, su pluma se apoya en los eventos y la descripción de lugares o personas, lo que hace que la novela sea un poco demasiado larga, no la recomiendo a primeros lectores, ya que puede ser un poco demasiado agobiante y larga, pero si tienen disciplina y una veta de amor por el melodrama, se las recomiendo 100%, y si vieron el anime como yo, sufrirán nuevamente pero no podrán dejar de leer. Dicho lo anterior escoger una cita que resuma, la esencia del libro me fue difícil, pero creo que esta, lo refleja bastante bien:
![](https://revista.universidadjosemarti.com/wp-content/uploads/2024/12/Remi2-1024x576.jpg)
“Luego el coche volvió rápidamente la esquina de la calle y sólo vi ya un remolino de polvo. Apoyado en mi arpa, con Capi a mis pies, permanecí mucho tiempo mirando maquinalmente el polvo que, poco a poco, volvía a depositarse en la calle. Un vecino era el encargado de cerrar la casa y guardar las llaves para el propietario; me sacó de mi anonadamiento y me hizo regresar a la realidad.
-¿Quieres quedarte?-me dijo
-No, me voy.
-¿A dónde vas?
-Adelante, siempre adelante.”
Héctor Malot, “Sin familia”
![](https://revista.universidadjosemarti.com/wp-content/uploads/2024/12/remi1.jpg)
El Museo de la Prostitución de Ámsterdam
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